¿ Alguna vez te ha pasado que tienes tantas actividades "importantes" para hacer que no sabes por donde empezar?
Es
muy común quejarse de que tenemos el
tiempo contado, que nos “faltó” tiempo, nos agobia que hay demasiados asuntos y
de vital importancia a los que debemos atender.
Ante
esto, lo ideal es incorporar hábitos que nos permitan administrar nuestro
tiempo de una forma más eficaz.
En
primera instancia hay que distinguir que quiere decir eficaz y la diferencia entre
eficiente, palabras que solemos confundir o que no nos queda claro que son.
Eficiencia
se definiría al cómo
se hacen las cosas y de qué modo se ejecutan.
Mientras que Eficacia vendría siendo, para qué se hacen las cosas, cuáles son
los resultados que se persiguen; qué objetivos se logran.
Lo
ideal en la gestión de tiempo seria lograr un equilibrio entre la eficacia y la
eficiencia, puesto que no están una peleada con la otra, sino que se obtienen
mejores resultados se combinan
adecuadamente.
Distinguir
entre lo urgente y lo importante es algo que en ocasiones nos causa bastantes
conflictos, sin embargo, encontrar el equilibrio entre ambos también nos trae
enormes beneficios.
Urgente significa que
se necesita una atención inmediata, «¡ahora!». Las cosas urgentes actúan sobre
nosotros. Nos presionan; reclaman acción. A menudo complacen a otros. El timbre
del teléfono es urgente. La mayoría de las personas no soportan ni siquiera el
pensamiento de dejar que suene.
La importancia,
por otra parte, tiene que ver con los resultados. Si algo es importante,
realiza una aportación a nuestra misión, a nuestros valores, a nuestras metas
de alta prioridad. Elaborar un trabajo final es algo importante.
Ante
las cosas urgentes, reaccionamos inmediatamente sin detenernos a pensar si esto
contribuye a nuestros fines. Las cuestiones importantes que no son urgentes
requieren más iniciativa, más proactividad, una cuestión más motivacional que
en ocasiones nos hace postergar la actividad al punto de que esta se convierte
en algo urgente e importante que nos vemos a resolver de una manera poco eficaz
pero ineficiente.
Una
herramienta de gran utilidad para estableces nuestras prioridades con mayor
facilidad es llamada la “matriz de administración del tiempo” para aprender a
“ver” y diferenciar las distintas situaciones y prioridades que nos
“envuelven”.
Los
cuadrantes pertenecientes a la matriz de administración del tiempo son:
Cuadrante
1: tareas importantes y urgentes (esquina superior izquierda)
Cuadrante
2: tareas importantes y NO urgentes (esquina superior derecha)
Cuadrante
3: tareas NO importantes y urgentes (esquina inferior izquierda)
Cuadrante
4: tareas NO importantes y NO urgentes (esquina inferior derecha)
El
cuadrante ideal en el que deberíamos ubicarnos seria el no. 2.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Covey, S. R. (1997). Los
7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva. Buenos Aires, Barcelona: Paidos.
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